¡Bienvenidos!





Un Retiro en linea

Ejercicios Espirituales del Cenáculo Misionero

¡Gracia y paz!

El Comité de los Ejercicios Espirituales del Cenáculo Misionero desea presentarles un equipo de guías espirituales que estará disponible para ustedes. Si deseas hacer los Ejercicios de forma remota, es decir, reunirte a través de Zoom, Skype, teléfono o cualquier otro medio electrónico de comunicación con un guía espiritual.  

¿Cómo funciona?

Apartas 5-8 días para la oración y la reflexión. Puedes hacerlo en tu lugar de residencia, o si hay un lugar de retiro que pueda acomodarte y es seguro hacerlo allí, te recomendamos que lo hagas. (También esta la versión En casa que fácilmente se incorpora a tu rutina diaria sin interrumpir tus ocupaciones). El material de los Ejercicios del Cenáculo Misionero estará disponible electrónicamente. Si tienes una copia impresa del libro de los EECM, también puede usarla. www. missionarycenaclespirituality.com/

  1. Te reúnes con tu guía espiritual diariamente para compartir los frutos de tu oración. (Puedes hacer otros arreglos de reunión con tu guía espiritual).

2. Al apartar tus días para la reflexión, te recomendamos que establezcas un horario para la semana rompiendo con tu rutina diaria. 

  • Establece la hora para levantarte por la mañana, hora para el desayuno, el almuerzo y la cena.
  • Programa o reserva tres (3) Períodos de oración de una hora cada uno para Lectio Divina y Revisión de la oración.  
  • Si tienes acceso a la misa diaria, planea asistir presencialmente o de manera virtual haciendo un acto de Comunión Espiritual.
  • Toma tiempo para el descanso y la recreación. Te invitamos a mantener un espíritu de silencio tanto como sea posible; sin embargo, no se espera un silencio estricto.

Una vez que decida cuándo desea hacer los Ejercicios, comuníquese con nososotros enviando un mensaje usando el botón de Registración(Register).

See the source image

Antes de Comenzar

Elementos Esenciales de los Ejercicios Espirituales de Cenáculo

SILENCIO DEVOTO

El silencio es el compañero de la oración y del recogimiento. Pensemos en el silencio del Hijo de Dios y observemos silencio por Él que estuvo silente ante ellos, bajo juzgamientos y circunstancias que le pudieron haber provocado a hablar. Dejémoslos mediante su silencio adorar el silencio de Jesús atormentad

El silencio nos alista para un nuevo encuentro con Dios. En silencio, la palabra de Dios puede llegar a lo más recóndito de nuestros corazones. En silencio, demuestra ser “más cortante que espada alguna de dos filos, penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu” (Hebreos 4,12). En silencio, dejamos de escondernos delante de Dios y la luz de Cristo nos alcanza y sana y transforma aunque nos sintamos humillados.

Lectio Divina            

            Esta práctica de oración antigua ha demostrado ser de gran valor para profundizar la vida espiritual. Según el Catecismo de la Iglesia Católica lectio divina sucede cuando “la Palabra de Dios es leída y meditada para convertirse en oración”.

            “Nuestra comunicación con nuestro Amigo Divino necesita ser como una calle de doble dirección, es decir comunicación mutua. Y si somos inteligentes, dejamos que Dios nos habla primero. Porque seguramente él tiene mucho más para decir que es de valor.”

           

            “La Biblia nos indica una Presencia Real, un lugar dónde podemos encontrar el Dios vivo siempre cuando queremos. Cuando llega el momento por nuestro lectio, recogemos nuestro libro con reverencia. Por un momento reflejamos en la maravilla de la Realidad Divina, presente aquí en su Palabra en este libro en nuestras manos. Y dirigimos nuestra atención al Espíritu Santo. Esta Palabra es tan especial porque el Espíritu Santo de una manera muy especial inspiró a estos escritores para escribir todo y solamente lo que Dios quiso usar para comunicar con nosotros. Como nuestro Señor nos dijo en la Última Cena, el Espíritu Santo mora en nosotros para enseñarnos todas las cosas, acordándonos todo lo Jesús nos ha ensenado. Así que pedimos al Espíritu Santo, que inspiró estos textos y quien mora dentro de nosotros como maestro, hacerles ahora una comunicación viva con el Señor, para ayudarnos entender todo lo que el Señor quiere comunicarnos ahora….Escuchamos. No simplemente leemos. El Señor está presente hablándonos. Lo escuchamos. Y respondemos. En el lectio divina tenemos la sabiduría no solamente para dar a Dios la oportunidad decirnos algo, sino también para permitirle hablar primero y guiar nuestra conversación.”

Una Manera de Rezar en Estilo de Lectio Divina.

Antes de comenzar el tiempo de oración –

            Reza al Espíritu Santo, pidiendo que él te guíe en tu oración.

“Somos débiles, pero el Espíritu viene en nuestra ayuda.  (Romanos 8:26-27)

            Pide una gracia particular: por ejemplo: “Dios concédame la gracia de un conocimiento intimo de nuestro Señor Jesucristo, para amarlo más y servirlo mejor”.

Durante el tiempo de oración —

Leer  uno o más de estos pasajes de las Sagradas Escrituras. También puede usar la Regla de Vida, o las Meditaciones del P. Judge. Leas lentamente y en voz alta para escuchar con los oídos lo que el Señor pueda estar diciéndote. Aunque es un texto muy familiar, seas abierto a la posibilidad de que el Señor puede comunicarte algo nuevo. Releer el texto lentamente, pausando cuando algo te pega – sea de una manera bien o no muy bien.

Reflexionar en el contenido de la lectura. ¿Hay algo en particular que te llama la atención? ¿Algo que no está claro? ¿Algo que te incomoda o te inquieta? ¿Qué esta diciéndote el Señor precisamente en este momento de tu vida?

[Si es de ayuda, utiliza tu imaginación a colocarte en el escenario que se presenta en la lectura.  Ve lo que está pasando.  ¿Quiénes son los personajes?  ¿Qué están haciendo, diciendo?  ¿Cuáles son los olores, los sonidos?  Utiliza todos tus sentidos. ¿Dónde estás tu?  Deja que tu imaginación te lleve a relacionarte con las personas, el escenario. Qué está pasando?  ¿Cuáles son tus sentimientos?]

Hablar  con Dios sobre lo leído, pensado, cuestionado, experimentado. Compartir tu parecer con Dios sobre la lectura o el escuchar de estos pasajes bíblicos. Es posible expresar a Dios una gama completa de emociones y sentimientos: esperanza, gozo, consuelo, agradecimiento, coraje, arrepentimiento, adoración. Lo importante es ser lo más honesto posible en abrir tu corazón a Dios.

Sentarse en el silencio. A veces nos preocupamos tanto por hablar con Dios que no le damos a Dios la oportunidad para hablar con nosotros. Dios nos dirige la Palabra desde el silencio y desde la tranquilidad. Descanse un poquito. Luego, en caso de que te sobra tiempo, vuelve a comenzar el proceso:   leer, pensar, hablar, sentarse en el silencio.

Al terminar el tiempo de la oración, toma 10 o 15 minutos para hacer un repaso de tu experiencia de oración. Pida al Espíritu Santo que le enseñe lo que verdaderamente ha experimentado, sentido, pensado, rezado durante el tiempo de oración.Escribe en un diario lo que ha escuchado y experimentado, sea lo que sea.

ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL

         El verdadero director de los Ejercicios Espirituales del Cenáculo (EEC) es el Espíritu Santo. Sus plegarias e inspiraciones no vendrán a ustedes como resultado de la experiencia de un director humano sino como las gracias conferidas sobre ustedes como un regalo divino. Es más, como parte del proceso de los Ejercicios Espirituales del Cenáculo serán acompañados por uno de los cofrades que les servirá de Acompañante Espiritual. La relación entre quien hace el retiro y el acompañanteespiritual, no es equivalente a la relación que ustedes tienen con su director espiritual.

 Durante los Ejercicios Espirituales del Cenáculo el papel del acompañante espiritual no es el proveer consejo, ni discernir los movimientos sutiles del espíritu o enseñar lecciones acerca de la vida espiritual. No, el acompañante espiritual está ahí para rezar por ti y contigo y para escuchar los frutos de tu oración y presentarte las lecturas de las Escrituras y los escritos del Padre Judge que provean la “molienda” a tus propias meditaciones. El acompañante espiritual durante los Ejercicios Espirituales del Cenáculo es como alguien que se presenta con afecto y disponibilidad de escuchar.

       En la literatura algunas veces nos referimos a tales personas como “mentores espirituales”, o en el término bendito de la espiritualidad céltica, como “almas amigas”. Sea como sea que se les llame a estos acompañantes de los ejercitantes durante los Ejercicios Espirituales del Cenáculo, ellos están ahí para apoyarnos y entendernos unos a otros, alegrándonos con aquellos que se alegran y entristeciéndonos con aquellos que se entristecen” (Constitución #27). El acompañante espiritual no guía al ejercitante sino que camina con él.

        Tomás Merton vuelve atrás a la tradición de la vida monástica y describe a aquel que sirve de director espiritual como al guía de Dios que “tiene que liderar a las almas a la manera de Dios y no a la suya propia… No sólo quiere saber nuestros problemas, nuestras dificultades, nuestros secretos…él quiere conocer la acción de la gracia en nuestras almas. Su dirección es en realidad, nada más que una manera de llevarnos a ver y a obedecer a nuestro verdadero Director – el Espíritu Santo escondido en lo profundo de nuestras almas”.

Quienes hacen los Ejercicios Espirituales del Cenáculo no buscan al acompañante espiritual para que le dé respuestas. Al contrario, el cofrade está allí como alguien con quien el ejercitante puede hablar, con franqueza y profundidad, acerca de lo que más importa en nuestras vidas como hombres religiosos – nuestra relación con Dios. Los acompañantes espirituales se comprometen por su parte, a ofrecer completa confidencialidad, un amor fraternal genuino y una apertura incesante al Espíritu, como su ministerio durante los Ejercicios.